martes, 1 de noviembre de 2011

Y me tuve que presentar de nuevo.

El principio de que las cosas aparecen cuando menos las estás buscando también se aplica a internet... Buscaba cualquier otra cosa que no está ni remotamente relacionada a un blog cuando de repente apareció el mío... Y recordé que en algún momento empecé a escribir un blog, y por efecto dominó: aquí estoy de nuevo.

Aún a (y en) medias, pero bueno, sí.

El maravilloso tiempo con el que contaba hace tres meses, desempleada y feliz en el sofá de la ahora 'casa de mis padres' se agotó. Ahora tengo casa propia, sin sofá y a 7491,0114 kilómetros (supuestamente). Estudio, como y acoso por facebook en una mesa de dominó. Hago mercado todas las semanas porque no tengo congelador. Lavo la ropa que tarda tres días en secar porque no tengo secadora. Y duermo con sweater por pánico a prender la calefacción y que me suba la factura de la luz...

...Pero lo más fascinante es que, después de dos años, soy estudiante otra vez. Y en una Universidad donde, por su arquitectura Victoriana, puedes ir caminando y encontrarte con Robert Downey, Jr. en la filmación de Sherlock Holmes (parte II).

Y para cerrar este post, voy a repetir mi propio chiste sobre el primer día de clases que publiqué hace cuatro meses:

Hola, me llamo Nena... y ahora, vivo en Londres.



viernes, 8 de julio de 2011

Sucede.

En el colegio, no puedes esperar a graduarte para entrar a la Universidad y "ser grande". En la Universidad disfrutas los primeros años, pero al acercarte al final de la carrera deseas graduarte para empezar a trabajar.

Pero en el trabajo... te suceden tantas cosas que no sabes qué desear. El trabajo es, muchas veces, como una tragedia: en momentos de crisis puede sacar lo mejor y lo peor de tí al mismo tiempo. En publicidad SIEMPRE es un momento de crisis.

Escogí una profesión que no sabía por qué, pero me apasionaba. Solía (y suelo ser todavía aunque en menor medida) de esas personas que no hace zapping durante comerciales, que revisa hoja por hoja una revista, que va por la calle mirando no el paisaje sino las vallas y que comenta TODO lo que ve.

Sin embargo, acepto que la publicidad es una profesión netamente artística en la que el esfuerzo no se vé reflejado en números sino en la subjetividad de la percepción del público. Es decir, el publicista trabaja "por amor al arte, aunque mal pague".

Hoy, cuando me quedan cuatro semanas de trabajo en publicidad (por los momentos), me doy cuenta de que a pesar de los gritos y malos tratos del Cliente, de los momentos de tensión con los Creativos, y de los problemas de estrategia con los jefes, he aprendido a amar este negocio a lo mujer sufrida: mátame pero no me dejes. Sí, eso sucede.

viernes, 1 de julio de 2011

Nena in Wonderland

Alice in Wonderland es, para el terror de muchos psicólogos, psiquiatras y sociólogos (entre ellos mi mamá), mi película favorita de Disney. Y confieso que, en mis ratos de ocio y desajuste mental, me gusta pensar en cómo sería mi Wonderland...

...Las zanahorias no se servirían solas, sino como un ingrediente en un plato de vegetales o ensalada, para no ser tan aburridas como las chayotas sin aderezo o las papas hervidas.

...Las carteras pequeñas serían TODAS como el bolso de Mary Poppins, para no tener que escoger entre la cédula, las llaves y el celular.

...A mi bolígrafo favorito jamás se le acabaría la tinta, y a mi cabello jamás se le caería el tinte.

...Las cosas perdidas tendrían instinto para presentir que las estoy buscando.

...Las mascotas limpiarían sus propias necesidades fisiológicas, como en teoría hacen todos los humanos.

...Todos celebraríamos nuestro no cumpleaños, una vez al mes y con regalos.

...Mi (por desgracia) presidente, se quedaría en Cuba.
Y seríamos felices para siempre.

jueves, 30 de junio de 2011

Una Argelina en Caracas.

Anoche me sorprendí con lo prejuicioso, o hasta ignorante, que uno puede llegar a ser. Resulta que conocí a una Argelina, aquí en Caracas y en mi casa. Ella vino directo desde Chicago, donde estaba estudiando inglés, a conocer a la familia de su futuro esposo: mi primo. Y mañana regresa a Argelia, vía París, porque POR SUPUESTO para aquelllas tierras arábicas no hay vuelo directo.

Sobre el tema del prejuicio o la ignorancia... Todo empezó ayer en la mañana cuando, camino al trabajo, mi mamá
me soltó la notificación de una cena con la novia "de intercambio":
- Esta noche viene tu primo con la niña con la que se va a casar... Yo te conté, ¿no? Ella es de Argelia, sí, y por supuesto, no habla español. Habla árabe, francés e inglés... Ah, sí, y es musulmana. (El "llévatelo" en tono tukki está absolutamente implícito).

Desde ese momento, se desencadenaron en mi cabeza una serie de pensamientos aleatorios que empezaron a las 7:20 a.m. y terminaron a las 8:50 p.m. cuando llegó la joven en cuestión a mi casa. A continuación, algunos ejemplos de "cotufazos" producidos por mi cerebro durante todo ese tiempo:
- ¿De qué le voy hablar? Ahhh sí! Del matrimonio! Total, como todos a mi alrededor se están casando tengo bastante tema de conversación. Pero...
- ...Esta niña es musulmana, ¡a la vaina!. ¿Y ahora? No le puedo hablar sobre matrimonio porque no debe ser ni remotamente parecido a la referencia que yo tengo. ¿Entonces?, ¿Será que me paso de "salida" y le empiezo a hacer preguntas sobre su mundo? No, mejor no. Quien sabe si se siente insultada o se fastidia, mejor le dejo ese tema a mis papás, a ellos los tiene que querer a juro.
- Ojalá que hable bien inglés, porque mi francés es realmente paupérrimo y en árabe, bueno, sólo se decir cuatro o cinco cosas que he aprendido en las películas donde los gringos intentan acabar con la Jihad. Mejor no invento.

A las 8:50 p.m. sonó el timbre. Mi papá abrió la puerta y aparecieron mi primo, su hermana, y la Argelina: una mujer absolutamente europea, elegante, muy fina, intelectual e interesante. Por supuesto, todos mis pensamientos anteriores perdieron completo sentido y se transformaron en uno sólo:

"Que pena con esta caraja, qué estará pensando de nosotros y de este país. Y yo preocupada por los temas de conversación, que riñones".

miércoles, 29 de junio de 2011

¿Bienvenido?

Hola, mucho gusto, tengo un nombre pero prefiero que me conozcan como Nena. Un placer.

Siempre he pensado que las presentaciones están de más. Nunca he entendido por qué tenía que levantarme cada año delante de todo el salón de clases a decir mi nombre, mi edad, de dónde vengo y a dónde voy. En los últimos años en la Universidad opté por presentarme como (según las películas) se introducen los participantes en Alcoholicos Anónimos: "Hola, me llamo Nena, y tengo un problema."

Mi carta de presentación para esta nueva vida digital es muy sencilla: tengo veinti-tantos años, vivo (por ahora) en la capital un país tercermundista con un presidente "Socialista", trabajo (por ahora) en una agencia de publicidad y, mientras escribo este post, trato de convencer a alguien al otro lado del mundo a que se coma una manzana grátis en lugar de un chocolate por 0.65€.

Tengo tiempo considerando la posibilidad de abrir un blog. Lo consulté con la almohada, mis amigos, mi familia, mi novio, el sofá donde veo televisión, el orbitrek que utilizo una vez al mes y hasta con el perro imaginario que regresa a casa de vez en cuando... Todos tuvieron opiniones distintas y, al final, escuché al factor decisivo para este tipo de cosas: no tengo nada que hacer en la oficina y, aquí estoy.

Espero que este blog sea, para quien lo lea, de la utilidad que más le satisfaga. Te puedes reír, te puedes burlar, lo puedes criticar, o simplemente lo puedes ignorar. Sea lo que sea, que lo disfrutes... Y, será correcto decir ¿bienvenido?