jueves, 30 de junio de 2011

Una Argelina en Caracas.

Anoche me sorprendí con lo prejuicioso, o hasta ignorante, que uno puede llegar a ser. Resulta que conocí a una Argelina, aquí en Caracas y en mi casa. Ella vino directo desde Chicago, donde estaba estudiando inglés, a conocer a la familia de su futuro esposo: mi primo. Y mañana regresa a Argelia, vía París, porque POR SUPUESTO para aquelllas tierras arábicas no hay vuelo directo.

Sobre el tema del prejuicio o la ignorancia... Todo empezó ayer en la mañana cuando, camino al trabajo, mi mamá
me soltó la notificación de una cena con la novia "de intercambio":
- Esta noche viene tu primo con la niña con la que se va a casar... Yo te conté, ¿no? Ella es de Argelia, sí, y por supuesto, no habla español. Habla árabe, francés e inglés... Ah, sí, y es musulmana. (El "llévatelo" en tono tukki está absolutamente implícito).

Desde ese momento, se desencadenaron en mi cabeza una serie de pensamientos aleatorios que empezaron a las 7:20 a.m. y terminaron a las 8:50 p.m. cuando llegó la joven en cuestión a mi casa. A continuación, algunos ejemplos de "cotufazos" producidos por mi cerebro durante todo ese tiempo:
- ¿De qué le voy hablar? Ahhh sí! Del matrimonio! Total, como todos a mi alrededor se están casando tengo bastante tema de conversación. Pero...
- ...Esta niña es musulmana, ¡a la vaina!. ¿Y ahora? No le puedo hablar sobre matrimonio porque no debe ser ni remotamente parecido a la referencia que yo tengo. ¿Entonces?, ¿Será que me paso de "salida" y le empiezo a hacer preguntas sobre su mundo? No, mejor no. Quien sabe si se siente insultada o se fastidia, mejor le dejo ese tema a mis papás, a ellos los tiene que querer a juro.
- Ojalá que hable bien inglés, porque mi francés es realmente paupérrimo y en árabe, bueno, sólo se decir cuatro o cinco cosas que he aprendido en las películas donde los gringos intentan acabar con la Jihad. Mejor no invento.

A las 8:50 p.m. sonó el timbre. Mi papá abrió la puerta y aparecieron mi primo, su hermana, y la Argelina: una mujer absolutamente europea, elegante, muy fina, intelectual e interesante. Por supuesto, todos mis pensamientos anteriores perdieron completo sentido y se transformaron en uno sólo:

"Que pena con esta caraja, qué estará pensando de nosotros y de este país. Y yo preocupada por los temas de conversación, que riñones".

miércoles, 29 de junio de 2011

¿Bienvenido?

Hola, mucho gusto, tengo un nombre pero prefiero que me conozcan como Nena. Un placer.

Siempre he pensado que las presentaciones están de más. Nunca he entendido por qué tenía que levantarme cada año delante de todo el salón de clases a decir mi nombre, mi edad, de dónde vengo y a dónde voy. En los últimos años en la Universidad opté por presentarme como (según las películas) se introducen los participantes en Alcoholicos Anónimos: "Hola, me llamo Nena, y tengo un problema."

Mi carta de presentación para esta nueva vida digital es muy sencilla: tengo veinti-tantos años, vivo (por ahora) en la capital un país tercermundista con un presidente "Socialista", trabajo (por ahora) en una agencia de publicidad y, mientras escribo este post, trato de convencer a alguien al otro lado del mundo a que se coma una manzana grátis en lugar de un chocolate por 0.65€.

Tengo tiempo considerando la posibilidad de abrir un blog. Lo consulté con la almohada, mis amigos, mi familia, mi novio, el sofá donde veo televisión, el orbitrek que utilizo una vez al mes y hasta con el perro imaginario que regresa a casa de vez en cuando... Todos tuvieron opiniones distintas y, al final, escuché al factor decisivo para este tipo de cosas: no tengo nada que hacer en la oficina y, aquí estoy.

Espero que este blog sea, para quien lo lea, de la utilidad que más le satisfaga. Te puedes reír, te puedes burlar, lo puedes criticar, o simplemente lo puedes ignorar. Sea lo que sea, que lo disfrutes... Y, será correcto decir ¿bienvenido?